LA SIRENA DEL DESIERTO

De Granada me impregne durante mis años de juventud del aroma oriental de las teterias que sirven te con hierbabuena y los arabescos que decoran el zoco un rincón de la antigua ciudad Nazarí donde aún se comercia con especias y cuero de Fez .En cuanto pude cruce el Mediterráneo para conocer la otra tierra donde continuaba el zoco en el norte de África . De las veces que crucé el Estrecho en barco oteando el horizonte conseguí ver ballenas bultos enormes que flotaban en el mar.

No se como sucedio pero cada vez que iba a nadar al mar temía un encuentro con uno de estos cetáceos asi que para entrar en el agua realizaba el ritual de mirar para todos los lados y si no veía bultos enormes por el horizonte entraba al agua claro esta parando de cuando en cuando para otear de nuevo no sea que se me pasara no ver la aleta de una orca persiguiendo atunes .

Pero todo cambio cuando Alberto me narro una leyenda que conoció durante el protectorado en el Sahara . Es la historia de un hombre del desierto que cada noche cuando la luna teñía blanca las olas ondeando como sabanas ,desnudo se sumergía en las aguas del oceano para amar a una mujer , no era de este mundo sino del mar y no se sabia nada mas ,hasta que el alba hacía resplandecer el Atlántico y emergia con el deseo de que se acabara el dia para regresar a su casa en las profundidades abisales . Era un hombre sereno ,considerado cabal ,trabajaba llevando una calesa de caballos y solo era extraño en su hábito de dormir bajo las aguas del océano . Alguna vez le preguntaron como era ella y el no sabía como explicar si era ángel o demonio la criatura pero afirmaba con voz seria y ojos hechizados que su belleza no tenia igual sobre la tierra .Un dia no regreso y su ropa quedó en la playa abandonada ,ya no le hizo falta porque decidió quedarse a vivir con su dama del mar, la sirena del desierto.

Para Alberto que me narro la historia

 

Franciscico Manuel Cortes Fernandez

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